VIII
"Yo no debía hacerle caso -me confesó un día el principito- nunca hay que hacer caso a las flores, basta con miraralas y olerlas. Mi flor embalsamaba el planeta, pero yo no sabía gozar con eso... Aquella historia de garras y tigres que tano me molestó, hubiera debido enternecerme ".
Y me contó todavía:
"¡No supe comprender nada entonces! Debí juzgarla por sus actos y no por sus palabras. ¡La flor perfumaba e iluminaba mi vida y jamás debí huir de allí! ¡No supe adivinar la ternura que ocultaban sus pobres astucias! ¡Son tan contradictorias las flores! Pero yo era demasio joven para saber amarla".
EL PRINCIPITO - Antoine de Saint-Exupéry